Personajes Principales

María: una chica del interior de Brasil, inteligente y hermosa, que supo utilizar siempre su belleza para dominar a los hombres, a quienes ella veía como una amenaza, seres de quienes jamás obtendría lo que ella deseaba: amor, estabilidad, matrimonio, casa en la playa, hijos famosos, vejez pacifica.
Ella deseaba y creía en la búsqueda de la felicidad, de la aventura, y por ello acepto el irse a Suiza con este hombre que no conocía. Maria poseía una enorme fuerza de voluntad y de auto superación y esto fue lo que la salvo de caer en lo más oscuro del trabajo que escogió, o que como ella pensaba, la vida le había escogido.

Ralf: Era un pintor, bastante guapo pero desaliñado. Era una persona que lo tenia todo, pero que en el fondo estaba vacía, buscando algo que lo llenase y le diera felicidad.
Era un hombre muy sabio y pudo enseñarle muchas cosas a María, cosas que la ayudaron muchísimo y que la acercaron a él en aquel conocimiento mutuo que era su relación.

Heidi: Ella era la bibliotecaria que Maria solía visitar buscando libro sobre una serie de cosas de las que quería informarse. Se volvió en la única amiga que tuvo ella en Ginebra. Ella era como todos los suizos, una mujer que aparentaba ser recatada, conservadora y no hablar mucho sobre su vida. Pero después de que Maria le pidió unos libros sobre sexo, y ella comenzó a ojearlos, descubrió muchas cosas de su vida que jamás había comprendido. Comprendió que no era la única que no tenía orgasmos, que no era la única mujer insatisfecha, comprendió así lo mal que había salido su matrimonio. Y si, después de mucho tiempo recordó que era una mujer, que a pesar de siempre comportarse como una persona ejemplar, había sido infiel, había fallado, había sucumbido ante la búsqueda del placer.


Milán: El dueño del “Copacabana”. Era como un padre responsable de todas las mujeres que allí trabajaban. Las defendía de clientes inadecuados y las reprendía cuando cometían errores. Era un hombre muy respetable y conocido, a pesar de ser dueño de un “burdel”. Y siempre advertía a sus chicas, que JAMAS lo avergonzaran ni hicieran un escándalo que lo pudiera llevar a tener problemas con su familia, pues para Milán ellos eran los más importantes.

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